COMPORTAMIENTOS QUE DELATAN TU TIMIDEZ
1. LA SENSACIÓN DE QUE TE VUELVES TRANSPARENTE
Warner Bros.
Hay muchos momentos, especialmente cuando te pones nervioso, en los que te parece que cualquiera que pase a tu lado puede enterarse de todo lo que estás sintiendo y pensando, aunque no lo digas. Que te tienen perfectamente calado y que, cuanto más disimules, más se te nota todo. Sientes la misma indefensión que cuando sueñas que estás desnudo por la calle, pero en vivo y en directo. Si te sirve de consuelo, la gente está más a su bola de lo que te puede parecer en esos momentos y están más pendientes de sus cosas que de fijarse en ti.
2. LA VERGÜENZA CON EFECTO RETROACTIVO
Claudie Ossard
Has quedado con personas que no son de tu grupo habitual y parece que todo ha ido bien. Sin embargo, tú vuelves a casa rayado y con la sensación de haber estado metiendo la pata todo el rato. Si esto te pasa a menudo, piensa que en estos casos la emoción no es producto de algo que haya pasado, sino de una reflexión posterior así que, por muy incómoda que sea tu sensación, no tendrá ninguna base real. Porque cuando alguien hace algo realmente bochornoso se entera en el momento por las reacciones de los demás, no pensando después.
3. MUCHAS VECES TE PONES CÍNICO
Wignut Films
En plan “me caen todos fatal, son unos cretinos” o «a mi esta gente me da mala espina». Habrá veces que sea verdad, pero la cosa cambia si este patrón se repite a menudo. Buscar defectos en personas que aún no conoces lo suficiente puede ser, simplemente, una justificación para no tener que hablar con ellos. Muchas veces la gente muy borde son solo grandes tímidos (aunque también es verdad que otras veces son solo bordes y punto).
4. NECESITAS UNA JUSTIFICACIÓN FORMAL PARA EMPEZAR UNA CONVERSACIÓN
Warner Bros.
Puede que en tu vida coincidas con personas que te dan buen rollo y que te apetecería conocer, pero si no tenéis un contexto que os obligue a interactuar (por ejemplo, que trabajáis juntos) te parece violento empezar a hablarle porque sí. No te sirven las preguntas generales, como “qué tal” o “te he visto alguna vez por aquí ¿vienes mucho?” porque te parecen improcedentes. Como si el componente humano por sí mismo no fuera suficiente, como si hiciera falta una causa externa. Aunque eso te impida tantear a alguien que parece majo.
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5. TIENES ALGÚN COMPLEJO RECURRENTE
Cloud Atlas
Que se activa cada vez que tienes que tratar con alguien que no tienes controlado. Puede que en ciertas situaciones sociales te dé por pensar que no eres gracioso, o que no eres listo, o que tienes algún defecto físico y que estas cosas te hagan sentir avergonzado. ¡Como si la gente sosa, tonta o fea tuviera menos derecho a sentirse cómoda con la gente! Todos estos defectos (que pueden incluso no corresponder con la realidad) son las excusas que encuentra tu vergüenza para justificarse, pero objetivamente no son motivos suficientes para tener dificultades sociales. De hecho, la gente más metepatas, por lo general, es de todo menos tímida.
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6. PIENSAS QUE ERES EL ÚNICO TÍMIDO DEL PLANETA
Metro Goldwyn Mayer
Y sales perdiendo en tus constantes comparaciones con los demás. Vas por la calle y parece que todo el mundo tiene unas facilidades para entablar relaciones que tú no manejas, como si fueras el único al que no han invitado a una fiesta. Esto se arregla muchas veces hablando en confianza con otras personas: todo el mundo tiene rollos e inseguridades en algunas facetas de su trato con los demás. Y aunque el mal de muchos sea el consuelo de los tontos, no deja de ser una prueba de realidad muy potente de que no eres el único al que le pasa.
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7. PLANIFICAS LOS TEMAS DE CONVERSACIÓN
Good machine
Cuando sabes que vas a estar un rato a solas con alguien, te gusta planificar de antemano los temas de los que puedes hablar con esa persona. Y, además, es una planificación un poco agobiante porque anticipas que todos los temas que se te ocurren van a ser un rollo para tu interlocutor, o que no vas a saber llevarlos. Y, aunque racionalmente sabes que las conversaciones van surgiendo sobre la marcha, tú no terminas de confiar en tu capacidad para la improvisación. La buena noticia es que si una interacción falla siempre te puedes agarrar a que la responsabilidad es de las dos personas que la mantienen, no solo tuya.
8. TIENES SIEMPRE A MANO UN PLAN DE EVACUACIÓN
Warner Bros.
Cuando tienes algún compromiso social en el que quedas fatal si fallas, como las típicas cenas con los de la oficina, te quedas para cubrir el expediente, pero siempre con una excusa que te obliga a irte pronto. Así te aseguras de que abandonas el barco en caso de que la cosa vaya mal. Si este es tu caso, luego no te puede pillar por sorpresa descubrir que te has perdido también momentos buenos y sentirte excluido de ellos.
