LAS (DESASTROSAS) CONSECUENCIAS DE LA SOBREPROTECCIÓN

1. BAJA AUTOESTIMA, O “¿DÓNDE ESTÁN MIS LOGROS?”

willy
Wolper Pictures

Proteger es resguardar a alguien de un peligro. Sobreproteger es resguardar siempre a alguien de situaciones que no son peligrosas, o que deben afrontarse para aprender. Es lo que ocurre cuando una persona sistemáticamente impide a otra que afronte cualquier problema. Nadie pone en duda las nobles intenciones de este acto, que se dirigen a ahorrarte un daño o un fracaso. El problema está en que, inevitablemente, también te priva de esa sensación de logro que experimentas cuando afrontas situaciones difíciles y sales victorioso de ellas. Porque la autoestima consiste en eso: en saberte capaz de manejarte en la vida con éxito.

 

2. PERDER TODAS LAS OPORTUNIDADES DE APRENDIZAJE

elliot
BBC y Studio Canal

La torpeza y la inseguridad son los peajes inevitables de cualquier proceso de aprendizaje. Sin ellos, aprender a vértelas con la vida no sería motivo de orgullo, se quedaría en mera rutina. Hay dos tipos de personas que no consiguen superar el desasosiego de esos primeros pasos: los que están sobreprotegidos… y los que sobreprotegen. Amparándose en el invariable “no puedo verle sufrir”, el sobreprotector toma la iniciativa, lidia con problemas que no son suyos, se marca un tanto y corre a arropar a su protegido, no vaya a pasar frío si se aleja demasiado.  La parte sombría de esta dinámica es que el mensaje de “estoy aquí para cuidar de ti…” viene acompañado irremediablemente de la coletilla “…porque tú solo no eres capaz”. Algo que, a fuerza de repetirlo, acaba siendo verdad.

 

3. TIRANÍA Y BAJA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN

cuervos
E
lías Querejeta

La variable que mejor predice el sufrimiento ante una situación desagradable es la percepción de control que tienes sobre las circunstancias que te afectan. Cuanto mayor sea la sensación de control, menor será el malestar. Esto es así de toda la vida. Cuando te acostumbras a que te lo hagan todo, tu control sobre la situación se externaliza en la figura del protector. No dependes de ti mismo. Por eso, las peticiones de ayuda son el único recurso de afrontamiento de alguien sobreprotegido. Si a esto le añades la frustración de sentirte incapaz, tendrás una explosión de exigencias inaplazables que se malinterpretarán como tiranía e ingratitud.

 

4. TODO SE CONVIERTE EN UNA AMENAZA

pi
Fox 2000 Pictures

La Psicología conoce varias formas efectivas de superar los miedos, pero todas ellas pasan por enfrentarlos tarde o temprano. Los miedos se conquistan cuando los afrontas y llegas a la conclusión de que tienes recursos suficientes para hacerles frente con éxito. A quienes se les priva sistemáticamente de experimentar esta sensación, se les condena al miedo constante, a la ansiedad y al colapso ante la más mínima adversidad. Aquí es donde se ve más claro cómo la sobreprotección es un flaco favor que se le hace a quien se le protege en exceso.

 

5. UN DESENLACE INJUSTO

novia
Warner Bros.

A estas alturas ya debe haber quedado claro que, cuando se habla de sobreprotección, siempre hay dos partes implicadas. Nadie puede estar (sobre)protegido sin alguien que le (sobre)proteja. Este tipo de relaciones son más frágiles de lo que parecen y se pervierten fácilmente. Sobre todo cuando las carencias del protegido se hacen evidentes, el cuidado deja de ser un nexo gratificante y se convierte en una obligación por ambas partes. En estas circunstancias, lo normal es que la persona que proporciona los cuidados airee sus quejas respaldándose en que “igual la culpa es mía por haber sido demasiado protector”. Un discurso que no se sabe si es de autocrítica o de auto-enaltecimiento. Lo que es seguro es que la persona sobreprotegida tiene que verse, frente a los demás y frente a sí mismo, como un egoísta incapaz de ahorrar disgustos a la persona que más se preocupa por él.

.

por José Manuel Campo