POR QUÉ TE RAYAS TANTO (y por qué no te sirve para nada)

SOBRE LA RESPONSABILIDAD

blue jasmine

CONTRA: Asegurarte de que lo vas a hacer bien.

Las obsesiones son una forma de afrontar los problemas que, a muchos niveles, es muy efectiva. Por eso se mantienen. Una de sus principales “ventajas” es que permite demostrar al mundo, y a ti mismo, que no eres una persona negligente. Que cuando te preocupa algo, no paras de darle al coco hasta que tienes una solución o, por lo menos, un plan de acción.

INDICACIÓN: Es peor el remedio que la enfermedad.

Pensar sobre los problemas antes de resolverlos está muy bien. Obsesionarse, en cambio, es innecesario porque al final la solución siempre estará en algo que hagas, no en algo que pienses. Además, si las obsesiones se vuelven exageradas (algo que suele ocurrir tarde o temprano) interfieren en tu capacidad de respuesta porque provocan que lo pases demasiado mal.

 

SOBRE TOMAR DECISIONES

aviador

CONTRA: Análisis exhaustivo de probabilidades.

Vivir en un mundo lleno de probabilidades que nos afectan y que no están bajo nuestro control es bastante molesto. Los obsesivos lidian con esto analizando todas las posibilidades que podrían afectarles, y las potenciales consecuencias de sus actos. En este sentido son auténticas máquinas. Y, durante un rato, consiguen quedarse tranquilas. Pero esta tranquilidad no es duradera.

INDICACIÓN: Análisis acertado de probabilidades.

Vivir en un mundo lleno de probabilidades que nos afectan y que no están bajo nuestro control es inevitable, se siente. Y contemplar todas las opciones no te va resolver la papeleta. Por muy meditada que esté, una decisión requiere obligatoriamente que se tome un camino y se descarte otro. Si te centras demasiado en las probabilidades remotas, te aturullarás y no sabrás por donde tirar. 

 

 

SOBRE EL CONTROL Y LA INCERTIDUMBRE

vuestra madre

CONTRA: Sensación de control

A ver si te suena: “prefiero ponerme en lo peor y después llevarme una sorpresa”. ¿Alguna vez te has parado a pensar porque compensa llevarse disgustos preventivos? Es algo tan frecuente entre personas obsesivas que pasa inadvertido. Lo que pasa es que muchas veces es mejor tener una certeza, aunque sea negativa, que resignarse a la incertidumbre. Es una manera de “decidir” lo que te va a afectar, cómo y cuándo tú quieras, en lugar de estar vendido a lo que pueda ocurrir.

INDICACIÓN: El control obsesivo es ficticio

Lo único que consigues con esta estrategia de anticipar las consecuencias futuribles es distraerte hasta que la realidad te pone en tu sitio, para bien o para mal. Puede parecer útil, pero en la práctica es una mala estrategia. Tu pensamiento, tus conclusiones, tus anticipaciones jamás van a modificar las situaciones que no están bajo tu control.  Y dar demasiadas vueltas a lo que no sabes solo va a provocarte dudas y que te lleves un mal rato innecesario.

 

 

SOBRE AFRONTAR O EVITAR

futurama

CONTRA: Evitación disimulada.

Con más frecuencia de la deseable, rayarse con algo es una consecuencia de no haber enfrentado una situación que requería que actuaras. Pero a veces es incluso peor: obsesionarse puede servirte para demorar el momento de ponerte manos a la obra, sin sentir que estas siendo un irresponsable. “No es que me dé miedo, no es que me sienta incapaz… es que sigo sin saber qué hacer”, ¿te resulta familiar?

INDICACIÓN: Más acción, menos reflexión

Sé sincero contigo mismo, llega un momento en el que no te queda más remedio que coger el toro por los cuernos… o quejarte y rayarte por tiempo indefinido. A todo el mundo le da miedo afrontar algunas situaciones o tomar decisiones complicadas, pero ten en cuenta que casi nunca las decisiones son “todo o nada”. Da el primer paso y confía en tu capacidad para aprender y cambiar tus estrategias sobre la marcha. O confía en lo que quieras, pero en movimiento.

 

por José Manuel Campo