¿CÓMO FUNCIONA LA ENVIDIA?

rey
Walt Disney Pictures

Hay algo que tienen en común todas las personas que llegan al psicólogo por primera vez: sienten emociones desagradables y han hecho todo lo posible por deshacerse de ellas. Han forzado una mentalidad positiva, se han intentado entretener y olvidar, han tomado sustancias y han hecho gimnasia mental de todo tipo para dejar de sentirse así. El problema es que las emociones no son enfermedades de las que nos podamos deshacer, por mucho que nos intenten convencer de lo contrario. Son el sistema más primario de adaptación al medio, una respuesta que nos moldea y define como personas y como especie. Por eso, para cambiar una emoción lo primero que tenemos que entender es qué función cumple en nuestra vida. Y de eso va esta sección.

Debutamos con una de las emociones más demonizadas, un humor que supuestamente nos vuelve unos malos bichos: LA ENVIDIA. Vamos a ver, más allá de su pésima reputación, para qué nos sirve esta emoción que nos acompaña –alguien diría que incluso nos persigue- desde el comienzo de los tiempos.  

 

DISPARADOR: ¿qué provoca su aparición?

blancanieves
Walt Disney Pictures

Para entender la función adaptativa de una emoción, lo primero es saber cuándo tiene lugar. En el caso de la envidia, lo que genera su aparición es que veas a otra persona teniendo acceso a algo que te gustaría tener pero que, por lo que sea, consideras que tú no puedes llegar hasta ello. Todos los factores implicados en este disparador –la otra persona, lo que tiene y el valor que le otorgas- son importantes a la hora de explicar una reacción en concreto. Evidentemente cuando hablamos de algo que te gustaría tener no nos referimos únicamente a objetos materiales. Hay otras muchas fuentes de reforzamiento que pueden ser incluso más valiosas –prestigio, aptitudes físicas, capacidad intelectual. Aquí el criterio es muy personal y depende de dos factores: el valor que le otorguemos a ese reforzador y la percepción de nuestras propias capacidades para conseguirlo por nuestros medios.

 

REACCIÓN: ¿qué se nota cuando aparece?

sirenita
Walt Disney Pictures

La envidia se identifica con una sensación muy hostil, a caballo entre el cabreo con la otra persona, la frustración por no tener lo que se quiere y la decepción con uno mismo por no ser capaz de conseguirlo. La envidia nos moviliza para el combate. Nos pone en guardia contra la persona a la que envidiamos. Así, es frecuente que nuestro discurso envidioso se encamine a cuestionar la legitimidad de la otra persona (“a saber lo que ha tenido que hacer para conseguir ese ascenso”) Además, no basta con saberlo nosotros, buscamos acólitos que respalden nuestras conclusiones chungas sobre la otra persona; así parece que son más ciertas. También, aunque de una forma soterrada, nos lleva a reprocharnos nuestra inutilidad y a poner en entredicho nuestra capacidad.

 

FUNCIÓN: ¿para qué sirve?

amadeeus
AMLF

De forma primaria, la envidia nos indica que hay algo muy importante para nosotros que no hemos conseguido. Si se quedara solo ahí, sería frustración. Pero la envidia es una emoción compleja que añade más capas a esta sensación. Para empezar, alude a nuestra percepción con respecto a los demás. Nos ubica en una escala social, por debajo de nuestro punto de referencia deseado. Además nos informa de cómo de capacitados nos sentimos para conseguir aquello que nos resulta valioso. A partir de aquí, el resultado de esta emoción dependerá de cómo la gestionemos. Porque sentir envidia no te convierte en envidioso, te convierte en un ser humano normal. Lo que te convierte en envidioso es lo que hagas a continuación.

 

CUÁNDO SE VUELVE CONTRAPRODUCENTE:

cisne
Fox Searchlight

La envidia puede cegarnos, y es por eso que tiene tan mala prensa. Si en lugar de luchar por lo que queremos, con humildad suficiente como para reconocer nuestras limitaciones, nos ponemos a iniciar cruzadas de desprestigio contra el vecino, lo máximo que conseguiremos es ser el rey ciego del país de los tuertos. La envidia es la que sustenta el modelo de competitividad chungo según el cual “si yo no puedo tener esto, entonces tú tampoco deberías”. Esta estrategia es el equivalente emocional a tapar el sol con el dedo: como me jode no tener algo, lo voy a quitar de en medio para no sufrir, en lugar de ponerme las pilas e ir a por ello.

 

CÓMO SACARLE PROVECHO:

whiplash

Boldfilms

La envidia nos pone delante información muy valiosa para nuestra vida, si estamos dispuestos a mirarla. Nos dice qué queremos y nos señala que no nos consideramos capaces de conseguirlo. Vamos con lo primero: ¿qué estás envidiando: una oportunidad profesional, un físico determinado, un objeto, una relación con alguien? Empieza por identificar lo que quieres. No te vuelvas loco buscando argumentos por los que no necesitas todas esas cosas. Sé honesto contigo mismo. A partir de ahí, si consigues convertir esa envidia en un objetivo, estarás dando un paso de gigante. Estarás utilizando la envidia a tu favor, y no en contra del vecino. Muchas veces esta pregunta ya acojona porque nos expone a nuestros miedos y limitaciones, por eso es más frecuente tirar por la opción fácil de criticar a quienes envidiamos. Pero sigue, ve más allá: ¿Por qué es tan importante para ti? ¿Por qué crees que no lo puedes conseguir? ¿Qué te lo impide? ¿Lo deseaba siempre o ha sido a raíz de vérselo a otra persona? En sesión todos los días veo cómo este tipo de análisis, en los que la envidia se asume como algo natural, acaban en vías efectivas de solución de problemas.

 .

Por José Manuel Campo