¿NOSTALGIA O MIEDO AL CAMBIO?

1. ECHAR DE MENOS: ¿PARA QUÉ?

quimera
Charles Chaplin productions

Empezamos con la misma pregunta con la que cerraremos: ¿para qué sirve echar de menos? Sabemos que la nostalgia se enciende cuando rememoras un pasado que te ofrecía algo valioso a lo que ya no tienes acceso. También que, muchas veces, esa vuelta al pasado está tan teñida de tristeza y obsesión que te impide plantear un futuro optimista. Pero ¿qué función cumple rememorar el pasado, si sabes que no va a volver? ¿Sirve para algo este comportamiento tan  rancio?

 

2. ECHAR DE MENOS NO SIGNIFICA QUE TE HAYAS EQUIVOCADO

casablanca
Warner Bros.

Antes de que tu próximo arrebato dominical de nostalgia te ponga a renegar de aquella decisión que te ha dejado desolado, recuerda que nadie decide cambiar su vida si está perfectamente satisfecho. La decisión de finalizar una época de tu vida o, lo que es lo mismo, empezar una nueva siempre persigue alguno de estos dos fines: (1) Conseguir algo deseable que no tenías en ese momento, o (2) Librarte de algo indeseable que sí tenías. Un ejercicio interesante en caso de arrepentimiento nostálgico es valorar si los factores que motivaron el cambio entonces, seguirían operando ahora. Dicho en otras palabras: ¿Si volvieras a situación de antes, padecerías las mismas inquietudes?

 

3. ECHAR DE MENOS INFORMA DE CARENCIAS ACTUALES

crepusculo
Paramount Pictures

Por un rato deja de pensar en el pasado: ¿Qué tal estás ahora? ¿Cómo es tu vida? ¿Estás satisfecho? No hace falta ni que respondas, sólo plantéatelo. No vaya a ser que estés tan obcecado con el pasado que tu vida actual, esa que será tu pasado en unos meses, esté siendo desatendida. Es impensable que te ahogues en un pozo de nostalgia si actualmente tienes todo lo que quieres. Por eso echar de menos es más un indicador de insatisfacción actual que de felicidad pasada. Y, si no nos crees, ponlo a prueba: dirige tus esfuerzos a obtener todo lo que te falta ahora y, después de conseguirlo, valora si tu grado de nostalgia se mantiene estable o disminuye.

 

4. EL ERROR NO ES QUE AHORA ESTÉS MAL

blancanieves
TVE y TV3

¿Está mal que te pongas nostálgico cuando comparas tu vida actual con la idealización de tu pasado? No necesariamente. ¿Es la nostalgia una muestra de debilidad o inoperancia? En absoluto. Lo que convierte a la nostalgia en un vicio malsano es que se aleje del término medio entre el hedonismo irreflexivo y el estancamiento melancólico. Versión didáctica: encerrarte en un bucle nostálgico y autocompasivo que idealiza el pasado – MAL. Identificar lo que echas de menos y ponerte manos a la obra para mejorar tu presente – BIEN.

 

5. ¿QUÉ ECHAS DE MENOS REALMENTE?

noche
Columbia Pictures

Ponemos un ejemplo sentimental, pero aplica a otros ámbitos. Tenías una pareja con la que compartías planes molones, amistades interesantes, un objetivo de futuro y puede que incluso un sexo brutal. Con el paso del tiempo, esa persona se convirtió en la llave a todas esas alegrías y alborozos. Pero, si no te lo montas bien, cuando algún avatar de la vida separa vuestros caminos, su ausencia implica la pérdida del acceso a todas esas maravillas. ¿Cómo actúa aquí la melancolía más insensata? Dirigiendo tus lamentos hacia la persona con la que compartías todo eso que te hacía disfrutar, en lugar de a lo que generaba el propio disfrute: planes, amigos, objetivos y sexo. Tener claro lo que echas de menos incrementa exponencialmente las probabilidades de que vuelvas a conseguirlo y, vete tú a saber, a lo mejor descubres que puedes proveértelo sin ayuda de nadie.

 

6. SOBRE LA CAPACIDAD DE CONSEGUIR LO QUE QUIERES

run away
Columbia Pictures

Una vez que has identificado lo que echas de menos y has entendido que la nostalgia tiene más de presente que de pretérito, la siguiente pregunta es obligada: ¿Qué te impide volver a conseguirlo? Y aquí, señoras y señores, es donde la nostalgia choca frontalmente con otro tren no menos cargado: el del miedo al cambio. Porque echando de menos lo pasas mal, pero luchar por lo que quieres puede exponerte a un suplicio mayor: el de intentar algo y no conseguirlo. O el de anhelar algo y darte cuenta de que no tienes ni idea de por dónde empezar. Así es como la nostalgia adquiere la infame función de justificar la evitación de poner en orden tu presente.

 

7. CONCLUSIONES: PARA QUÉ ECHAMOS DE MENOS

lost
Focus Features

Tenemos dos respuestas, una infame, que ya hemos contado, y otra terapéutica de la que solo hemos dado pistas. La infame: la nostalgia y el análisis hiperreflexivo del pasado sirve para justificar la pasividad ante un presente insatisfactorio. La terapéutica: echar de menos te da las pistas de lo que te hará feliz en cuanto vuelvas a tenerlo. Esa es una información muy valiosa en momentos de crisis porque guía tus actos hacia lo que de verdad importa. Así que tómate tu tiempo de nostalgia, ponte a ver fotos viejas, deambula por la calle arrastrando los pies y mira taciturno a través de tu ventana empañada por la lluvia mientras escuchas bandas sonoras empalagosas y, cuando decidas regresar del pasado, hazlo con conclusiones que sean el comienzo de un futuro realmente envidiable.

.

por José Manuel Campo